Exigente y autónomo, busca calidad y compatibilizar sus aficiones con nuevos destinos turísticos

El turista ha cambiado definitivamente. En ello tiene mucho que ver las enormes posibilidades que les brindan las nuevas tecnologías, que le han aportado gran autonomía. Hoy, un turista puede crearse su viaje navegando por internet, consultando experiencias de usuarios, descubriendo destinos hasta ahora desconocidos gracias a blogueros y buceando en cientos, cuando no miles, de ofertas diferentes. Podría decirse que actualmente existen tantos viajes como viajeros.

Gracias a la posibilidad de compartir y comparar experiencias de miles, millones de turistas de todo el mundo, cada viajero puede crearse su propio itinerario, saber qué va a encontrarse y cuánto le va a costar. Y si el viaje no responde a sus expectativas, lo contará. Es, por tanto, un turista más exigente, que demanda más calidad y que no va a perdonar que a él se le trate peor que a otro. Si paga por algo, quiere la máxima calidad en relación a ese precio.

Por otro lado, busca compatibilizar sus aficiones con nuevos destinos. Si es aficionado al deporte, buscará viajes que le permitan disfrutar de su hobbie (por raro que sea) mientras conoce nuevos lugares. Así, han nacido nuevos conceptos que van desde el ya conocido enoturismo al más singular necroturismo. Incluso existe un llamado turismo de catástrofes desarrollado en aquellas zonas aquejadas de recientes desastres naturales. Es decir, existen tantos destinos como aficiones tienen los turistas. Hay viajeros que planifican sus viajes con un único objetivo: ver aves en libertad. Otros buscan exclusivamente una de las experiencias más extremas de la naturaleza: bucear junto a un tiburón blanco.

Y sí, es cierto que el nuevo turista planifica sus vacaciones cada vez en periodos más cortos, pero también son más frecuentes y, si el destino le convence y colma alguna de sus aficiones habituales, suele repetir.

¿Está el sector preparado para ello? ¿Está la industria turística adaptada a ese nuevo turista? Ya existen numerosas iniciativas que tratan de adaptarse a este nuevo modelo de turista. Una de ellas es degustafutbol.com, que intenta enganchar al aficionado al fútbol y convertirlo en un turista de fin de semana al que seducir a través de la gastronomía y que instituciones como la Consejería de  Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco han visto como una buena herramienta para promocionar sus productos entre el público futbolero.